La evolución en las capacidades motrices de nuestro
bebé se hacen marcadamente evidentes a partir de los seis meses de vida: es
capaz de pasar de boca arriba a boca abajo y vuelta a boca arriba sin ningún
problema, sentado sin apoyo mantiene su espalda bien recta, pasa de sentado a
cuatro patas, puede que tendido en el suelo se arrastre (hacia atrás o hacia
adelante), ¡gatea!, asiéndose del sillón se incorpora, da sus primeros pasos de
lado agarrado a un mueble, y quizás antes de cumplir el año, ande sin ayuda.
Gracias a los juegos y los estímulos que el bebé recibe, va conociendo mejor su cuerpo. Meses atrás ni siquiera sabía que podía mover sus brazos y piernas. Ahora va experimentando que su cuerpo se mueve por sí mismo, aunque debe practicar mucho para controlar sus movimientos.
En esta etapa es importante que le permitamos experimentar ¡a riesgo de que reciba un pequeño coscorrón! Siempre evaluando los posibles efectos adversos (no es lo mismo que se caiga de un 4º escalón a que estando a gatas por primera vez le fallen los brazos y se golpee la frente) apoyémosle en sus avances. Las pequeñas frustraciones le permiten conquistar nuevas metas, además de sentir la alegría interna de haber alcanzado un objetivo.
Desde los 4-5 meses el bebé debería estar la mayor parte
del tiempo en el suelo (si es invierno se puede colocar una colchoneta bajo la
manta de juegos; si hace mucho frío se coloca otra manta). Sólo así será capaz
de alcanzar hitos como el volteo, el giro o el gateo. Si pasa la mayor parte
del tiempo en su cuna, hamaca y carrito, será bastante más complicado (si no
imposible) que consiga alcanzar dichas habilidades. Y una vez que gatee es
importante que se le permite hacerlo la mayor parte del tiempo: los bebés que
no gatean suelen retrasarse en su desarrollo, especialmente en el visual.
1.Rodar. El giro de
boca arriba a boca abajo constituye un hito en el desarrollo motor del bebé.
Entre el 6º y 8º mes pueden hacerlo en su jugueteo diario, si bien antes suele
ocurrir de vez en cuando sin intencionalidad. Favorece este movimiento cuando
estando el bebé boca arriba colocas un juguete a la altura de su cabeza, a uno
de sus lados. Él girará su cabeza hacia el objeto y cruzará el brazo del otro
lado para alcanzarlo por lo que ese impulso provocará que termine boca abajo.
Si se queda de lado y no termina de rodar, puedes ayudarle empujando levemente
sobre la cintura.
2.Abdominales
con los aros
Alrededor
de los seis meses será capaz de pasar de tendido a sentado y seguidamente a de
pie si colocas tus dedos en sus palmas cuando está tendido en el boca arriba.
Coloca
al bebé tendido sobre una superficie blanda y tú de rodillas delante de él.
Ofrécele dos pulseras grandes que pueda asir, una en cada mano. Cuando las
sujete con firmeza tira de ellas hacia ti hasta que se siente. Pon atención en
que tus rodillas no hagan tope con sus pies. Seguidamente tira de nuevo de las
pulseras hacia ti hasta conseguir que quede de pie. En esta posición se sentirá
muy feliz (las cosas se ven de otra manera desde aquí) y probablemente de
saltos de alegría. Después de un par de segundos (no más) lleva los aros hacia
atrás para que vuelva a su posición de sentado y seguidamente a tendido. El
movimiento de subida y bajada debe ser continuado.
Para
que este juego sea efectivo y consiga fortalecer sus abdominales y brazos
(necesarios para el gateo) es necesario que te fijes en varias cosas: el bebé
debe mantener la cabeza alineada con la espalda (no debe estar colgada hacia
atrás), doblar sus brazos por los codos y elevar sus piernas. Si no es así, en
vez de pulseras puedes introducir tus dedos en sus puños. Ten en cuenta que
bajar es más difícil que subir, por lo que tu bebé puede subir sin problemas y
protestar en la bajada.
3.Sentado sobre la pelota (4 meses)
Sienta
al bebé sobre el balón poniendo tus manos alrededor de su pecho (si mantiene su
espalda recta puedes sostenerlo por las caderas). Los pies no deben llegar al
suelo. Balancéalo hacia adelante, detrás, hacia un lado, hacia el otro y en
círculo. A esta edad les gusta un ritmo no demasiado lento, ajústalo a su
capacidad de mantener el equilibrio. Le puedes dar un sonajero para que lo
mueva al ritmo del balanceo.
Este juego trabaja el
sistema vestibular, coordinación ojo-mano-boca y la musculatura dorsal.
4.Había una
vez un avión
Siéntate y con las dos
manos agarra al bebé debajo de las axilas, de modo que tus pulgares queden en
su pecho y el bebé mirando hacia ti. Despégalo del suelo y levántalo hasta que
su cara esté frente a la tuya. Sonríele, háblale o cántale “había una vez un
avión, que siempre quería volar y subía y bajaba y subía y bajaba y al cielo
quería llegar…”. Muévelo de derecha a izquierda, con movimientos amplios y
luego de abajo hacia arriba. A esta edad les empieza a gustar los balanceos en
el aire relativamente intensos. Cuanto más mayor sea más disfrutará con este
juego y puedes ampliar el ángulo de inclinación hacia ambos lados y elevarlo
¡más hacia arriba!
Es un juego que
favorece el desarrollo del sistema límbico debido al movimiento de balanceo,
además de que deben coordinar los ojos y enfocarlos en movimiento arriba-abajo
y hacia los lados.
5.Escalando
obstáculos
Mamá y papá se sientan
en el suelo uno frente al otro, abriendo sus piernas y juntando los pies. Se
forma un recinto cerrado en el interior que vuestro bebe debe atravesar como si
fueran montañas. Coloca a tu bebé fuera a uno de tus lados, ofrécele juguetes
desde dentro y estimula que avance sobre una de tus piernas. Si consigue apoyar
sus brazos y pecho sobre tu pierna, puedes ayudarle empujando levemente desde
su culito, teniendo en cuenta que tenga la suficiente fuerza en sus brazos como
para mantenerse sobre ellas y no caer hacia adelante.
6.Carrera a
gatas
Una vez que empiece a
gatear, favorece este acto cada vez que puedas. Déjalo en el suelo la mayor
parte del tiempo y permite que investigue no sólo su alrededor, sino qué cosas
nuevas puede hacer su cuerpo ¡ahora que parece que se mueve solo!. El gateo influye
de manera decisiva en la visión, la audición, la conexión de los hemisferios
cerebrales, el sistema nervioso y la percepción de su propio cuerpo.
Juega con él a hacer
carreras a gatas, se lo pasará en grande y
reirá a carcajadas, sobre todo y añades el efecto cucutás y de vez en
cuando te escondes (déjale que te vea un poco, ya sea porque estás detrás de
una cortina semi-transparente o porque ve la mitad de tu cuerpo tras el sofá) y
preguntas en voz alta dónde está tu precioso niño. Gatea por debajo de la mesa
y sorteando obstáculos.
7. Me pongo de pie
Alrededor de los 7
meses puede ser capaz de incorporarse agarrándose a un mueble o sofá, aunque todavía no haya empezado a gatear. Primero quedará
de rodillas, días o pocas semanas después se incorporará sobre sus piernas. Desde ahí aprenderá a manejar objetos sin perder el equilibrio. Un
poco más adelante será suficiente con una pared lisa para impulsarse y quedar
de pie. A los 10 meses aproximadamente puede iniciar sus primeros pasos laterales
agarrado a sofá. Para llevarlo andando agarrado de nuestras manos no
es suficiente con que el bebé quiera ponerse de pie, esperemos a que él ande
por sí mismo.
Para favorecer que se
ponga de pie podemos colocar juguetes interesantes en el filo del sofá y
estimularlo a que se agarre e incorpore. Más tarde pegamos pegatinas de gran
tamaño sobre la pared para estimularlo a que se incorpore apoyándose en la
pared.
8. Subiendo
un escalón
Si tienes la suerte de
tener escaleras en casa puedes enseñarle a subir un escalón, estando tú siempre
a su lado. También puedes fabricar una superficie elevada con dos taburetes
bajos (10cm), una tabla de madera (40x90cm) y antideslizantes; acércala a la
pared o a una esquina.
Antes de dominar el
gateo, tu utilizará el escalón simplemente para apoyarse y erguirse, aunque
quizás intente elevar una pierna. Una vez lo domine, observa cómo adapta su
gateo cuando intenta sobrepasar una pequeña superficie elevada (como por
ejemplo, el marco inferior de la puerta de la terraza). Al principio elevará el
culete y estirará las piernas para no tropezar; más tarde gateará normalmente
sorteando el obstáculo. Estimúlale a subir un escalón colocando su juguete
favorito sobre él: apoyará las dos manos, subirá una pierna y luego la otra.
Ahora hay que enseñarle a bajar de forma segura.
9. Bajando
del sofá
Desde que tu bebé sabe mantenerse
erguido sobre sus piernas agarrado al filo del sofá, es bueno que le enseñemos
a bajarse de forma segura. Cada vez que
le cambies el pañal sobre la cama (si duermes con él puedes hacerlo cada vez
que os levantéis por la mañana) dile “ahora te voy a mostrar cómo bajarte de la
cama”: lo colocas en posición a gatas de forma que las piernas las vas acercando
al filo de la cama, al llegar agárralo de las caderas y suavemente lo bajas por
el filo de la cama, ahora quedará de pie. Gracias a este juego empezará a
integrar este importante movimiento y observa cómo pocas veces intentará
bajarse de cabeza. A los 11 meses podrá
bajarse sólo de un sofá de baja altura.
Prácticas desaconsejadas: hacer andar a un bebé...
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Tolerancia frente a las frustraciones
La visión en los bebés y su influencia en la psicomotricidad
Montserrat Reyes
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