En esta etapa solemos sentir que la comunicación con nuestro hijo ha mejorado de forma notoria. Ya no sólo utiliza ademanes, sino que empieza a acompañarlos de palabras y aún en lugar de éstas. A lo largo de este semestre notarás que parece tener palabras para todo. A los dos años hará frases dos palabras.
Responde a órdenes simples y le encanta hacer pequeños recados de la casa, buscando o llevando cosas. Tímidamente empieza a reclamar “lo mío”, si bien al principio lo hará con gestos de apartar la mano de aquel que “osa tocar” algo que le pertenece (a él o a su madre).
1. Las partes de mi cuerpo.
Antes del año y medio es capaz de señalar partes de su cuerpo (o del tuyo) si tú se las nombras. Durante este semestre ocurre un importante cambio: si se las señalas (o se las tocas) él nombra las partes de su cuerpo. Este juego le permite conocer su esquema corporal y ampliar su vocabulario. No te limites a partes visibles y sencillas, enséñale dónde están las cejas, los hombros o codos, las rodillas y tobillos, la lengua o la nuca. A los dos años, con su dedo índice tocará las partes de tu cara, una a una e irá nombrándolas.
2. Títeres tristes y alegres
Toma dos cucharones de madera y en la parte trasera dibuja una cara triste y otra alegre. Sentados uno frente al otro muéstrale la cara alegre y dile cosas bonitas “hoy vamos al parque”, “la prima vendrá a visitarnos”. Ahora muéstrale la cara triste y cambia el tono de voz y dile que está triste y que llora “buaaa, buaaa”. “¿Por qué está triste?” Dialogad sobre por qué una cara está triste y otra alegre y haced gestos apropiados a ese estado de ánimo.
3. Poner la mesa
A esta edad está totalmente integrado en la rutina diaria de la casa y le gusta participar de ella. Pídele que te ayude a poner la mesa, que tome el mantel del cajón y lo coloque (tú le ayudas), le das los cubiertos y que los ponga sobre ella, también el pan. Todos los días querrá colaborar, con diligencia lo hará en el mismo orden y le gustará sentirse alabado por ti.
4. Juego simbólico.
Es la edad apropiada para empezar a jugar “a las muñecas”. Si tiene un muñeco preferido, cuando estéis almorzando sentáoslo al lado y haced como que le dais de comer. Le gustará especialmente llevarlo de paseo en el carrito. Otra forma de juego simbólico se da cuando toma la escoba sobre ella te dice que es un caballo.
5. Imítame.
Te imitará en todo lo que hagas: cogerá tus pinzas de depilar y se las pasará por las piernas, querrá tomar tu brocha y maquillarse las mejillas (alcanzarás sus orejas y el pelo), te pedirá que le pongas la corbata de papá… Ofrécele lo que te pide y apóyale en esta tarea de querer entender “las cosas de la vida” a través de la propia experimentación (y no sólo observando).
6. Un cuento sobre mí
Fabrica un cuento de pocas páginas con fotografías de tu hijo realizando actividades cotidianas: vestirse, comer, bañarse, ir al parque, dormir, jugar. Muéstrale en su libro la foto que tiene que ver con la actividad que realiza en ese momento. También podéis sentaros juntos y le cuentas “un día en la vida de Leonardo”: le encantará verse y él mismo nombrará las actividades que vais hojeando.
7. Contando subo y bajo escalones.
Una buena forma de enseñarle a contar números es en esos momentos en los que subimos o bajamos escalones con ellos. Al principio contáis hasta el 5. Cuando lo tenga dominado aumentamos hasta el diez. Puede que se salte algún que otro número durante varias semanas, suelen ser siempre los mismos. Cerca de sus dos años puedes enseñárselos también en inglés, los aprenderá rápidamente. Esto no significa que tenga conciencia de lo que representan los números: observa que a veces contará hasta el 10 cuando sólo ha subido 6. Por ahora sólo tiene conciencia de uno y varios.
8. Cantamos y yo digo el final.
Si juegas frecuentemente a cantarle canciones, observa la evolución en su “canto”. Alrededor de los 20 meses puede que termine las sílabas de las frases: “Susanita tiene un ra…tón, un ratón chiqui…tín”. Un par de meses después será capaz de terminar la palabra de cada frase: “Pimpón es un… muñeco, muy guapo y de… cartón”. En su segundo cumpleaños termina dos o tres palabras de la frase. De ahí a cantar la canción entera hay un pequeño paso.
9. Cuéntame un capítulo de Callou.
Puede que a esta edad tu hijo tenga predilección por algún personaje de dibujos animados (Pocoyo, Callou, Dora). Si tienes un DVD de su preferido, probablemente vea los capítulos varias veces a la semana. Alrededor de los 20 meses puedes jugar a que él te cuenta uno de esos cuentos que ve en la tele: ve guiándole en el argumento y pregúntale lo que ocurre después. Te sorprenderá descubrir que sabe perfectamente lo que ocurre sin fallar en su cronología.
10. Qué pasó hace un par de días.
Alrededor de los 20 meses puedes notar que recuerda eventos que pasaron hace unos días. Si salís al parque con su amiguita Irene, dos días después cuando lo preparas para iros al parque él dirá “¿Irene?”.
Pregúntale sucesos que ocurrieron hace uno o dos días “¿Quién nos visitó ayer? Eso es, el tito ¿y qué te hizo? Sí, te hizo pupa ¿dónde? En la barbilla al abrocharte el casco de la bici, cierto”. El diálogo que favorece el recuerdo de sucesos ocurridos en el pasado fortalece su memoria, a la vez que su capacidad de expresión. Y la siguiente vez que vea a su tito, aunque sea 2 semanas después, comentará que le hizo pupa con el casco.
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Montserrat Reyes
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