29 sept 2011

Juegos: psicomotricidad gruesa en bebés de 12-18 meses


Entre los 11 y los 16 meses aproximadamente los niños se lanzan a andar. Algunos dan dos o tres pasos (sin apoyo) diarios durante un par de meses antes, sin embargo otros apenas dedican a este precalentamiento unos días cuando ya se sienten seguros en su capacidad para la marcha. Los meses anteriores de gateo (en general 4 ó 5) le han aportado una base segura para el buen desarrollo de la marcha. Si le hemos permitido andar agarrado (al sofá o mueble, él solo) venciendo nuestra  tentación de llevarlos de las manos, le habremos ayudado a asentar las habilidades necesarias para una bipedestación segura y sana.
Ahora, de nuevo, es importante que le permitamos moverse en libertad, siempre siendo un apoyo en los momentos necesarios: que se muevan, investiguen, se atrevan… a riesgo de que se den un golpe o que se frustren por no conseguir lo que querían. Sólo así nuestro hijo dejará de tener miedo a lo que hay a su alrededor.

1.    Me subo y me bajo del sofá. Incluso antes de empezar a andar los bebés pueden bajarse del sofá sin mayores problemas. El único requisito que hace falta es que ya sean capaces de sostenerse de pie agarrados a las superficies (sofá, mueble, cama). Le podemos mostrar que para bajarse es necesario hacerlo de espaldas, colocándole las rodillas al filo del sofá mientras están a gatas. Deslizamos su cadera hacia abajo y “pum” ya está en el suelo. Una vez aprendido nunca intentará bajarse de cabeza.
Una vez que saben andar, si el sofá es muy alto se les puede enseñar a utilizar una banqueta pequeña para que les sirva de apoyo. Otra opción, que yo utilizaba de vez en cuando, era mostrarle mi pie para que se apoyara, entonces lo alzaba lo suficiente para que él realizara la siguiente tarea de encaramarse. 

2.    Me meto y salgo de una caja.  Siempre es bueno tener una caja de cartón en la casa, con ella se pueden hacer infinidad de juegos. Entre otras cosas les fascina entrar en ellas. En vez de alzarlos de las axilas y colocarlos dentro,  podemos ayudarles a entrar: ofrecemos nuestra mano para serviles de apoyo, con su otra mano agarran un lateral de la caja, alzan una pierna hacia atrás y luego la otra. 

3.    Atravieso superficies bajas. Coloca un hulahop en el suelo, en mitad de su camino. Observa qué hace para pasar por encima. Quizás esté buscando un punto de apoyo, puede que te pida ayuda: si le ofreces una mano pasará por encima sin problemas. El quicio inferior de la puerta de la terraza también sirve para este juego: quizás encuentre el punto de apoyo en el filo de la puerta. Fíjate que pronto lo hará sin apoyo, un pie y luego el otro, con sus brazos levantados. 

4.    Subo escalones. Es importante que le permitamos subir escalones, estando un adulto siempre a su lado. Aunque ya sepa andar puede que lo haga a gatas, déjalo, no hace falta obligarlo a hacerlo de pie hasta que él se sienta seguro: en la iniciación de la marcha pueden utilizar también el gateo durante un tiempo, es normal. Cuando quiera hacerlo de pie, le agarramos de una mano mientras con la otra él agarra la baranda de la escalera. Cuando empieza a dominar la técnica querrá hacerlo él solo agarrado con sus dos manos a la baranda. Aliéntalo y felicítalo por ser tan valiente. 

5.    Que te pillo. Cualquier juguete que consiste en una barra de madera rígida en uno de cuyos extremos hay un patito/cochecito con ruedas, o una rueda grande con una pelota sonora dentro… La idea es que el niño empuje el juguete mientras anda, requiere un grado más de coordinación. Algo más adelante se interesará por arrastrar juguetes sujetos por una cuerda. 

6.    Lanzo la pelota. En general, en esta franja de edad no suelen dar patadas a una pelota. Incluso cuando se la lanzas con un puntapié, la recogerá con ambas manos e intentará lanzarla. Al principio caerá en cualquier dirección, incluso hacia atrás. Con la práctica será capaz de conseguir golpear su objetivo.

7.    Me escondo. Fomenta el desarrollo de su marcha jugando al escondite, uno de los juegos estrella. Si sales corriendo a esconderte, además de provocar su excitación y alegría, te buscará por toda la casa sin dudarlo: poniendo algún obstáculo en el camino (una silla que tenga que bordear, una mesa para pasar por debajo) aumentamos su campo de acción psicomotriz.

8.    Caminar sobre diferentes superficies. Siempre que tengas oportunidad, permítele que experimente (a ser posible con pies descalzos) distintas superficies: una alfombra de la casa, el césped, la arena mojada, la arena seca, con piedrecitas en la montaña, en cuesta arriba/abajo… Además de ser beneficioso para la fisiología del pie, él aprende cómo debe acomodar su cuerpo para adaptarse a dichas irregularidades. 

9.    Pompas de jabón. Otro de los juegos estrella. Les fascina mirarlas volar y explotarse. Pero sobre todo intentar cogerlas, yendo detrás de ellas, estirándose hacia arriba para esperarlas caer… Más adelante ellos también querrán soplarlas.

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 Montserrat Reyes

2 comentarios:

  1. Particularmente a mi pequeño Luis Francisco, le encanta que su mamá y yo juguemos al escondite. Sobre todo, cuando yo hago de mounstruo y ella le sirve de socorro. Éste juego lo alborota, Luis rie a carcajadas cada vez que me descubre y yo lo persigo por la casa hasta los brazos de su protectora.
    Intentaré con las pompas o burbujas de jabón.
    Muy interesante el blog.
    Aprovecho la ocasión para invitarlos a visitar mi blog Opiniones: http://ambrosiorodriguez.blogspot.com/

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    1. Estimado Ambrosio, nos alegra que este blog pueda serviros a ti y a tu familia. Seguro que tu pequeño Luis le van a gustar mucho las pompas de jabón.
      Un abrazo y gracias por invitarnos a su blog.
      Atte, Montserrat Reyes

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