Siento importante dedicar parte de este blog a
hablar de las fases del desarrollo
infantil, no tanto de los logros motrices, como de su evolución psicológica y emocional. Las ideas que expongo a continuación están extraídas del libro “Infancia, la edad sagrada” de Evania Reichert, basadas en teorías de Freud, Reich, Winnicott, Erikcson, Naranjo y Maturana.
Como hoy ya sabemos debido a los últimos
descubrimientos de la neurociencia (aunque esto ya lo defendieron la psicología y el
psicoanálisis a principios del siglo pasado), los tres primeros años de vida
son decisivos para la formación del cerebro y la personalidad futura. La
conexión entre las neuronas cerebrales depende de un ambiente afectuoso y estimulante. Cada fase del desarrollo infantil requiere de un
ambiente adecuado (estímulos y afecto)
para que florezcan nuevas aptitudes físicas y psicológicas.
Conociendo las características esenciales de estas
fases o periodos sensibles, permitiendo que nuestros hijos las expresen y
vivencien sin impedimentos morales o sociales, contribuimos a un sano
desarrollo de su personalidad. Evitaremos sentirnos inseguros al no entender su
comportamiento y tender a emitir juicios despectivos y aceptados popularmente
como “los niños saben mucho”, “si lo cojo se acostumbrará a los brazos”, “tiene
mamitis”, “es un cabezón”; “siempre quiere salirse con la suya”...
Reichert habla de 6 periodos, que abarcan desde la
gestación hasta el ingreso en la adolescencia.
1. Periodo
de Sustentación. (Gestación, parto y primeros días de vida)
4. Periodo
de Identificación (3-6Años)
5. Periodo
de Estructuración (6-12Años)
6. Ingreso
en la Adolescencia
De acuerdo con los objetivos de este blog, hablaré
brevemente del primer período y más profundamente del segundo y tercero, los cuales abarcan desde el nacimiento hasta
los 3 años. Los siguientes salen de nuestro propósito.
Período de
sustentación. Que las emociones y vivencias de una gestante son
percibidas por su bebé en el interior del útero es ya una certeza. Tanto si la
madre desea o no a su futuro bebé, si vive el embarazo con tranquilidad o
ansiedad son aspectos que se transmiten a través del cordón umbilical que los
une. De hecho comparten un mismo organismo. A partir de la semana 28 el cerebro
ya procesa las informaciones auditivas. La piel es el principal medio de
comunicación en la vida intrauterina: es envuelto por el líquido amniótico y a
medida que crece aumenta su contacto con las paredes uterinas. Durante el
nacimiento su superficie corporal percibe presiones y contactos nuevos. Al nacer, y durante los primeros días de vida,
el recién nacido necesita recrear lo que vivía dentro del útero: sonidos suaves
del entorno, la voz de su madre y el contacto de toda su superficie corporal
con el cuerpo de su madre para escuchar su corazón y olerla. Además de
alimentación: la succión de la leche materna el permite, de hecho, abarcar las
anteriores sensaciones de contacto, olor y escucha.
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Montserrat Reyes
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