La utilizamos con los bebés, aunque tiene un gran éxito al menos hasta los 7 años. Es uno de esos materiales que evolucionan con el niño y que tendremos oportunidad de utilizar un montón de veces. Todo lo que tiene esta plastilina es comestible, aunque como lleva una gran cantidad de sal lo normal es que a los bebés les dé un poco de asco y no la chupeteen mucho. Al final, como todo, depende de cada bebé. Cuando la llevé al grupo hubo muchos interesadísimos en llevársela a la boca y la sal no pareció disuadirlos demasiado. Otros bebés se mostraron muy interesados en manipularla. Hubo un pequeñín en concreto (en la foto) al que no volvimos a oír en toda la sesión: cogió la bola de plastilina y se dedicó a desmigajarla lenta y concienzudamente... ¡A él le dio mucho juego!
Cada bebé, como explico en los grupos, y cada niño, tiene sus preferencias y su momento respecto a cada material. Por eso es interesante ofrecerle opciones y quedarnos con las que le vayan llamando la atención. Aquellas a las que no ha hecho ni caso no hay que descartarlas para siempre: puede que un poco más adelante el objeto ignorado se convierta en su juguete favorito. Pero vamos con la fórmula.
La primera vez que quise hacer plastilina casera obtuve una maravillosa... Pintura de dedos. Ya me lo advirtió mi amiga Hilde en su día, cuando me pasó la primera receta que tuve. Me dijo que era bastante líquida, y lo era. Reconozco que tras la pintura de dedos tardé en volver intentarlo. Hace unas semanas, como digo, decidí que era el momento. Tras varios cambios a la fórmula original, aquí pongo la que finalmente dio como resultado las maravillosas bolas de plastilina casera que aparecen en la primera foto.
Ingredientes:
- 2 tazas de harina de trigo
- 1 taza de sal
- Un chorrito de aceite de oliva (como dos cucharadas de aceite, más o menos)
- 1 cucharada (no rasa) de cremor tártaro. Es un ingrediente de pastelería. En Málaga lo encontré en la Casa de las Especias del Pasillo Santa Isabel.
- 2 tazas de agua caliente: es lo que decía en la fórmula, pero yo me dejé un dedo de agua en la segunda taza, porque vi que aguaba demasiado la mezcla.
- Colorante alimentario de colores: probé con dos, y tengo que decir que me gustó más el líquido del Lidl (no quiero hacer publicidad negativa, pero era bastante más caro y de marca buena)
Procedimiento: Mezclé todos los ingredientes menos el colorante en una cacerola, con el fuego bajo. Le di vueltas sin parar, todo el tiempo, hasta que se fue haciendo más densa y despegando por los bordes. En internet había leído que debía estar unos cinco minutos, pero yo empleé más de diez. Al final, pasado ese tiempo, tuve que añadir un poco más de harina a la mezcla porque aún quedaba demasiado líquida. Entonces quedó perfecta. La hice bolas, las dejé enfriar y a los pocos minutos hice un agujero en cada una con el dedo y les eché un poco de colorante. Amasé cada bola con el colorante, y listo.
Una última cosa: debe conservarse tapada, para que no se endurezca. Pero si nos sale un poco dura, o se endurece, basta con untarla con un poco de aceite, y recupera su consistencia de plastilina.
Tras ofrecérsela a los bebés en los grupos de juego, le guardé una poca a mi hija Ángela. Y construyó todo un poblado. Por eso digo que no pasa de moda, al menos, hasta los 7 años.
Lidia García-Fresneda
Gracias Lidia por la receta y por los ratitos de los sábado.... aprendemos muchísimo.
ResponderEliminarbesos para ti y Montse (la echamos de menos)
la mamá de Olivia
Hola Teresa! Gracias a vosotros, es una alegría compartir ese rato cada semana con vosotros. Te aseguro que yo sí que aprendo! Un abrazo fuerte, nos vemos el sábado!
EliminarHola ! Yo si que os echo de menos. Qué mayor debe estar ya tu hija!
EliminarYa veo que os lo seguís pasando muy bien. Seguíd disfrutando.
Un abrazo para tí y un beso para Olivia.
Montse Reyes