-Toma, para jugar- le digo a Ángela entregándole el tubo del
papel higiénico gastado, mientras pongo el de repuesto.
No pregunta qué hacer, ni para qué sirve. Inmediatamente se
lo lleva a la boca y dice: ¡Hola!, y así se pasa un rato repitiendo ¡Hola,
hola, hola, hola! mientras me sigue a la sala de masaje. Justo cuando se
empieza a cansar de decir "uooooo, uooooo" ve una marioneta de dedo que es una araña y se la pone en el índice,
incitando a nuestro gato a cogerla; a continuación la esconde en el tubo de
cartón: “¡A que no me pillas!”, dice con una voz de pito que pretende salir del
tubo. Y luego canta un poco: la arañita, cucuñitaaaaaa… Saca y mete la araña
del tubo varias veces mientras dice cosas que no puedo entender, pero la araña
parece querer decir algo más: “Hasta luego, me voy”, articula finalmente la araña
que se ha quedado con medio cuerpo dentro y el otro medio fuera del cartón. Ese
estar medio dentro medio fuera le sugiere algo a Ángela, que empieza a cantar:
“Que saque los cuernos, dice mamá, que saque los cuernos, dice mamá”. Hace
referencia a la canción que dedicamos a los caracoles tras la lluvia, digo yo.
La araña ha decidido salir del tubo y recién puesta en el dedo de
Ángela proclama con su voz de pito: “Tengo miedo, tengo miedo”, mientras sube
por una pata de la camilla de masaje. Luego dice: “Lo siento, Ángela”. Me quedo
con las ganas de saber qué iba a pasar, nos interrumpe el ruido de la puerta, Jorge
acaba de llegar. Ángela sale corriendo a recibirlo: “¡Mira qué me ha dado
mamá!”, la oigo gritar emocionada. “Para guardar la arañita”.
Este tipo de juego (simbólico) es muy propio de esta edad, los tres años. Cuanto
más inespecífico sea el juguete, más estimula su imaginación, la auténtica
protagonista. Un objeto poco definido estimula su imaginación como una nube
lo hace con la nuestra: “Mira esa nube… ¿qué es? ¡Un dragón, un
camello, un señor cocinando!”. Un juguete perfectamente definido no estimula tanto la
imaginación. ¿Qué es eso? Un pan de hamburguesa tremendamente veraz, con pepitas y todo. Bien, nos sirve para cocinar. ¿Y eso? Un
tubo de cartón de papel higiénico, o un túnel oscuro, el escondite de una araña,
un catalejo, un altavoz, un teléfono, una almohada…
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Lidia García-Fresneda
Hola,soy Milexy,me encantó esta entrada,te leeré más seguido,graciaas!!
ResponderEliminarHola Milexy, encantada de verte por aquí y de que te guste el blog! Un abrazo,
ResponderEliminarLidia García-Fresneda